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Foto del escritorGuaranda en el corazón

Los Padres Verbitas en Guaranda


Colegio Verbo Divino (años 70 aproximadamente)

Por: Dayse Cedeño de Tapia (profesora en los años 80 y 90)


En el año 1981, llegué a vivir a Guaranda, y puedo asegurar que fue la mejor época de mi vida. Me vinculé al colegio Verbo Divino por los azares de la vida, cuando el padre Francisco de la Jara, me ofreció trabajo como Colectora, al cabo de un corto y auspicioso diálogo.


La experiencia de haber llevado la contabilidad a los sacerdotes Verbitas fue inolvidable, ellos manejaron la administración del colegio con acrisolada honestidad y con amor a cada miembro de la Unidad Educativa. Desde Roma nos enviaban el dinero para cubrir los gastos que, dado el bajo costo de las pensiones, no se lograban cubrir.


Estos maravillosos personajes, llevaban un modo de vida austera, dejando sus hogares, desde tan lejos, ya chilenos, ya irlandeses, ya españoles, ya filipinos, y tantos otros. En varias ocasiones se los veía con los zapatos rotos, por lo que cualquier compañero se encargaba de llevarlos casi obligados a adquirir un nuevo vestuario completo. Con su viejo vehículo que estaba en pésimas condiciones, era común verlos empujándolo en algún paraje rural de la provincia. Yo misma logré persuadirlos de comprar su primer Trooper nuevo con un préstamo del Banco del Pichincha de 5 millones de sucres en el año 1983, bien merecido se lo tenían.


Recuerdo como el mejor “Sacerdote carnavalero” de la historia, al entrañable Padre Patricio Byrne, quien sin duda era un guarandeño más. También al Padre Jun Pelagio, quien con su sencillez y carisma, enseñó nuevos villancicos a los estudiantes de la escuela y el colegio para el concurso de coros navideños del año 1991, animados por los instrumentos musicales que él mismo tocaba. Y cómo olvidar al Padre Juan José, quien tenía un ángel especial que le hacía un entusiasta transmisor de paz y ternura.


Puedo asegurar que sus enseñanzas en todos los sentidos, especialmente, su inteligencia, humildad, carisma, sencillez, hacían que los que formamos parte de la Institución valoremos esos testimonios de vida. Jamás escuchamos una discusión entre ellos y sus homilías eran directas y sentidas. Los sacerdotes dejaron una huella positiva en la comunidad guarandeña, y de eso dan fe sus ex alumnos del Verbo Divino.


El recuerdo:

Padre Jun Pelagio, Misionero Verbita de nacionalidad filipina, quien aún se mantiene en contacto por correo electrónico.



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